La batalla contra el acné, los tratamientos “estrella” para combatirlo
Inesbe
Medicina Estética
Tabla de contenidos
Hoy día, la sociedad impone un canon de belleza basado en una piel del rostro perfecta, tersa y luminosa, sin manchas ni arrugas. Es por ello que muchas personas que padecen enfermedades dermatológicas como el acné o la rosácea sufran un gran impacto emocional. Pero…
¿Quién no ha tenido que lidiar con espinillas o comedones en algún momento de su vida?
El acné es originado por el bloqueo de los folículos pilosos (debido a las secreciones excesivas de las glándulas sebáceas), teniendo muchas variantes y diferentes rangos de gravedad o severidad, desde los comedones (conocidos también como puntos negros y puntos blancos) hasta los nódulos y quistes, pasando por las pápulas y las pústulas. Estas manifestaciones suelen producirse en la cara, cuello, pecho, espalda, hombros y brazos.
Se presenta frecuentemente en la adolescencia (acné juvenil), si bien no está limitado a ningún grupo de edad, pudiéndolo padecer niños y adultos. Además, afecta a ambos sexos por igual, aunque no de la misma manera. Mientras que los varones están más predispuestos a sufrir acné severo y a largo plazo, el acné de las mujeres tiende a ser intermitente retirado, debido a la influencia de los cambios hormonales que sufren y al uso de productos cosméticos, muchas veces, de baja calidad o de alto excipiente graso.
Tampoco hay que obviar el componente genético ni otros factores que pueden estar ligados a la aparición y/o empeoramiento del acné, como el consumo constante de fármacos como las anfetaminas, una dieta rica en grasas y azúcares o grados de estrés elevados. Altos grados de ansiedad provocan que las personas se toquen constantemente las lesiones, provocando una sobreinfección de las mismas que ampliará su tiempo de curación.
La buena noticia es que esta enfermedad cutánea puede y debe ser tratada. Es cierto que no existe una cura universal, ya que el tratamiento debe ser siempre individualizado, personalizado en función de la gravedad, el tipo y la edad del paciente.
Este puede ser tópico, médico, quirúrgico, estético y cosmético. En este artículo nos centraremos en los métodos que la estética pone a nuestra disposición para abordar el acné y las lesiones y cicatrices que son las que verdaderamente molestan a quienes padecen de esta enfermedad. Y es la baja autoestima y la depresión son las consecuencias menos visibles de la dura batalla contra el acné.
Los peelings químicos, una terapia muy eficaz contra el acné
Los peelings tienen un efecto secante, exfoliante y antiinflamatorio. Para el tratamiento del acné comedogénico, pueden usarse diferentes ácidos como el glicólico, derivado de la caña de azúcar; el mandélico, procedente de un extracto de almendras, o el ácido salicílico, que también puede ser usado en casos de acné pápulo-pustuloso.
Antes de aplicar el tratamiento, el profesional debe evaluar la forma de la cara, el biotipo y fototipo cutáneo, así como la distribución y número de lesiones que presente el paciente.
La limpieza de la piel a través de la microdermoabrasión
Mediante la microdermoabrasión, las capas superiores de la piel se retiran, puliéndola y eliminando las obstrucciones. Además, el uso de pequeños cristales (o de la punta de diamante) funciona de maravilla en la disminución y/o eliminación de las cicatrices poco profundas de la piel. Es un método no invasivo que hace que la piel responda mejor al tratamiento tópico del acné.
El poder del láser
Es utilizado para eliminar las secuelas que deja el acné, por lo que se empieza a aplicar cuando la fase activa está controlada. Se pueden emplear dos tipos de láser fraccionado: el ablativo y el no ablativo.
El láser de erbio y el CO₂ (ambos ablativos) tienen una alta eficacia en pocas sesiones (2 o 3), pero en contrapartida dejan la piel bastante irritada durante una semana. El láser fraccionado no ablativo requiere de más sesiones, entre 8 y 10, pero no interfiere para nada en la vida cotidiana del cliente.
Las bondades de la mesoterapia facial
Este procedimiento estético, completamente indoloro, se basa en microinyecciones superficiales (de vitamina A, B, C y E, minerales, oligoelementos, ácido hialurónico y coenzimas) infiltradas de forma directa a la dermis. Es capaz de regular el exceso de sebo, eliminar las pieles muertas y bacterias, aportando un efecto antiinflamatorio. También, contribuye a corregir las cicatrices del acné.
Fototerapia, los beneficios de la luz cromática
Los tratamientos a través de la luz roja y azul son especialmente útiles para eliminar el acné. La luz roja fomenta la producción de colágeno, lo que aminora las lesiones y evita que se formen cicatrices. Es regenerante y antiinflamatoria. La luz azul, por su parte, es antibacteriana, combatiendo de forma directa la bacteria que favorece la aparición del acné.
Además, del abordaje estético de la enfermedad acneica, existen algunos remedios capaces de prevenir su aparición:
- Desmaquillarse siempre.
- Una adecuada higiene de cara mañana y noche, con productos indicados para la piel grasa.
- Lavarse la cara después de practicar ejercicio para quitar el sudor.
- No llevar peinados con flequillo y apartar el cabello de la cara.
- No manipular los granos.