¿Cuánto sabes de la micropigmentación?

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Medicina Estética

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La micropigmentación es un tratamiento utilizado desde la antigüedad, situándose su origen alrededor del año 1850, empleado para introducir pigmentos en la epidermis de la piel, alterando su color. Históricamente, este procedimiento formaba parte de los rituales religiosos, además de utilizarse para distinguir a los guerreros. Posteriormente, adquirió fines estéticos para embellecer los cuerpos y disimular cicatrices y marcas de nacimiento. Ya en la Segunda Guerra Mundial, la micropigmentación fue valorada como el procedimiento idóneo para darle color a las cejas, párpados y labios.

Lo cierto es que este método no ha parado de evolucionar a lo largo del tiempo; no siempre fue un procedimiento fácil, pero en los últimos años ha experimentado mejoras drásticas hasta convertirse en la actualidad en uno de los tratamientos más demandados en los centros de estética y belleza.

Hoy día, la micropigmentación se utiliza con el claro objetivo de embellecer, retocar y equilibrar determinados rasgos faciales y corporales, obteniendo excelentes resultados gracias a los dermógrafos actuales que cuentan con varias agujas muy finas que nos permiten depositar los pigmentos de un modo muy controlado en el lugar específico y en la cantidad exacta que deseemos. 

Métodos innovadores 

El sector de la estética ha progresado notablemente en los últimos tiempos y la micropigmentación es un buen ejemplo de este avance, siendo capaz de lograr resultados finales de apariencia muy natural y ampliando las zonas donde puede ser utilizada. 

Los nuevos dispositivos utilizados en este procedimiento permiten que el tratamiento sea mucho más rápido, menos doloroso y que tenga una mayor durabilidad. Sí es cierto que estos factores dependen en buena medida de la profesionalidad del técnico que lleve a cabo este método, que debe realizarse con altas dosis de detallismo y precisión.

Diferentes usos y áreas a tratar

Los tratamientos más solicitados son la micropigmentación de cejas, logrando un aspecto natural gracias a la imitación de la forma del pelo a pelo; el delineado superior e inferior de ojos, a través del sombreado con la técnica del “shading” y los labios, corrigiendo ciertas asimetrías y embelleciéndolos con un efecto visual de mayor volumen. También suele utilizarse este procedimiento para potenciar las pecas ya existentes o crear algunas nuevas, así como para marcar un lunar en alguna zona del rostro que deseemos resaltar; además de los usos de la tricopigmentación, que permite simular la salida de pelo en aquellas zonas del cuero cabelludo en las que el paciente sufre alopecia. 

No obstante, más allá de estos fines estéticos, se encuentra la dermografía o micropigmentación médica, utilizada como complemento a la cirugía reparadora. En la actualidad, disponemos de más de 80 tonalidades distintas: pigmentos de origen mineral e hipoalergénicos. La reconstrucción parcial o total de las areolas mamarias ha permitido ayudar a muchas mujeres que han tenido que someterse a una mastectomía, mejorando su autoestima y su salud psicosexual.

Maquillaje permanente: aspectos a tener en cuenta

Antes de someternos a este tratamiento, debemos tener en cuenta de que se trata de un maquillaje semipermanente y, por tanto, presenta una alta durabilidad. Es importante ponernos siempre en manos de profesionales y estar realmente decididos, ya que el pigmento puede tardar hasta 10 años en desaparecer por completo dependiendo de la intensidad de la tonalidad utilizada, las características de la piel del paciente y el área de aplicación.  La duración de la micropigmentación es bastante variable, pero de media suele situarse entre los 2 y los 5 años.

Asimismo, son importantes los retoques o repasos que deben realizarse después del primer año, con el fin de mantener el color inicial. En ocasiones, se dan casos excepcionales en los que la dermis rechaza los pigmentos en torno a los 6 u 8 meses trascurridos desde la primera aplicación. 

Por todo ello, es fundamental que el técnico nos informe y asesore adecuadamente de las fases de las que consta el tratamiento y su coste; explicándonos de forma clara sus riesgos y contraindicaciones, así como las pautas a seguir antes y después del procedimiento. Una vez disipadas las dudas, el paso siguientes es la prueba de tolerancia, que nos permita estar seguros de que no sufriremos ninguna reacción alérgica al pigmento. Normalmente, este test se realiza 48 horas antes de la sesión.

Cuidados posteriores al tratamiento

Con el fin de que el proceso de micropigmentación no se vea alterada, 24 horas antes del mismo, evitaremos consumir alcohol, así como bebidas con cafeína como café, bebidas de cola y té; tampoco tomaremos medicamentos vasodilatadores como la aspirina.

Por último, para asegurarnos que el resultado final sea óptimo, es fundamental seguir al pie de la letra los siguientes cuidados posteriores a la micropigmentación:

  • Aplicar una crema curativa de 2 a 5 veces al día, sin friccionar la zona, que siempre debe permanecer bien hidratada.
  • Durante la primera hora, no humedecer el área tratada.
  • Evitar sauna, piscina y playa durante los primeros 15 días. En la ducha, evitar el contacto directo con el agua caliente. 
  • Intentar no sudar en exceso para que no se produzca la pérdida de color.
  • Para evitar la inflamación, sobre todo en los labios y la zona ocular, aplicar frío.
  • No rascar ni frotar el área tratada. En el delineado labial, evitar también abrir la boca de forma brusca. 
  • Durante el tiempo de curación, no consumir vitamina C, evitando alimentos ácidos, salados y bebidas alcohólicas.
  • Evitar tomar el sol y utilizar protección solar, gafas y sombreros durante dos meses.
  • No usar rizadores de pestañas, rímel o cualquier otro cosmético de maquillaje mientras se tenga costra.