¿Cuánto sabes del HIFU?
Inesbe
Medicina Estética
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Antes de conocer la Técnica del HIFU, debemos tener en cuenta que formamos partes de un entorno donde la imagen, la apariencia física, juega un papel fundamental, adquiriendo un gran peso en las relaciones interpersonales, lo que genera un culto al cuerpo que, en muchas ocasiones, se vuelve obsesivo.
A veces olvidamos que la belleza tiene un carácter efímero y que, de la misma manera, que nuestros órganos sufren un desgaste inevitable, nuestro exterior tampoco es indemne al transcurrir de los años. La figura, el pelo, las uñas, las manos o el estado de la piel son algunos de los componentes que se ven alterados conforme vamos avanzando en edad. Cambios que, muchas veces, son difíciles de asimilar, pues existe un temor generalizado a envejecer.
Una fuerte presión por ajustarse a los cánones de belleza preestablecidos que lleva a muchas personas a acudir a tratamientos de estética y belleza, que minimicen las consecuencias de este envejecimiento cutáneo.
El envejecimiento es un proceso biológico que se da de manera progresiva a partir de los 25 años; un proceso físico que termina afectando a todas las capas de la piel. En la epidermis se produce un adelgazamiento progresivo, aumentando el espesor del estrato córneo al acumularse células muertas; en la dermis, la desorganización de las fibras de colágeno ocasiona una pérdida de hidratación, al mismo tiempo que merma la elasticidad dando lugar al primer signo de envejecimiento, las arrugas que tantos dolores de cabeza nos traen.
Las primeras arrugas en manifestarse son las conocidas como “de expresión” que suelen localizarse en el rostro, concretamente en el entrecejo, la zona ocular, los laterales de la nariz y el extremo de los labios. Además de los ojos, también suelen aparecer ojeras y las antiestéticas bolsas, ocasionadas por una retención de líquidos.
Hay que tener en cuenta que, además de los factores endógenos que determinan el envejecimiento biológico, existen otros desencadenantes relacionados con el ambiente que dan lugar a un envejecimiento prematuro de la piel y, entre esos factores, sin duda el que más peso tiene es la exposición prolongada al sol sin la protección adecuada; causa de la aparición de manchas y verrugas seniles en manos, cara y tronco.
Este tipo de pieles castigadas requieren de tratamientos preventivos ante la aparición de los primeros síntomas, o paliativos que tengan como finalidad la reafirmación y despigmentación de la piel.
Entre estos tratamientos se encuentra el HIFU ultrasónico focalizado, una revolucionaria técnica estética que, por sus altos índices de eficacia, no deja de ganar adeptos.
¿Conoces cuáles son sus aplicaciones?
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HIFU facial
El HIFU es una técnica no invasiva, relativamente fácil de aplicar, siendo válida para todo tipo de pieles. Entre sus bondades se encuentra su capacidad de trabajar en cada uno de los estratos de la piel, siendo capaz de modificar su tejido conjuntivo, tal como lo hace la radiofrecuencia o el láser, pero a mayor profundidad.
Atenúa las líneas de expresión, tensa la piel, mejora la musculatura del rostro (disminuye la flacidez), aporta luminosidad e hidratación; y elimina las arrugas en los ojos, boca, frente y escote de forma manual, consiguiendo el tan deseado efecto lifting sin necesidad de pasar por el quirófano. Además, es un procedimiento que puede realizarse en cualquier época del año, pues no es fotosensibilizante.
HIFU corporal
El HIFU ultrasónico se vale de las altas temperaturas (60-70ºC) para disolver la grasa de forma natural y permanente. Es muy eficaz en la remodelación de esas zonas corporales en las que se produce un mayor cúmulo de adiposidad, celulitis…; es el caso de las cartucheras, los glúteos, muslos o abdomen.
Los resultados son visibles tras 3 o 4 semanas de la sesión, alcanzándose el resultado final a los 2 meses. Además, apenas causa molestias; los efectos secundarios son bastante leves, reduciéndose al enrojecimiento o inflamación de la zona tratada (que desaparecerá en apenas unas horas), una pequeña sensación de hormigueo o molestias muy similares a las agujetas. Si bien, la tecnología HIFU en ningún caso altera la vida cotidiana del paciente que, tras el tratamiento, puede continuar con sus actividades diarias con total normalidad.
Otra de las ventajas de esta técnica, que dura entre 30 minutos y dos horas en función de las zonas tratadas, es que tiene un coste relativamente asequible; pudiéndose realizar tanto en una clínica de medicina estética como en un centro de estética.
Aun así, hay que considerar las siguientes contraindicaciones:
- Heridas abiertas o lesiones cutáneas en el área de tratamiento.
- Presencia de herpes simple y queloides.
- Acné severo.
- Pacientes con marcapasos o implantes (metálicos, dérmicos, mamarios).
- Personas que se traten con anticoagulantes o con enfermedades que alteren la cicatrización.
- Mujeres embarazadas o en período de lactancia.
- Pacientes que padezcan epilepsia o parálisis de Bell.
- Diabéticos.
- Personas con enfermedades autoinmunes.
- No aplicar HIFU sobre la glándula tiroides ni tejido mamario.