Presoterapia y Embarazo, ¿son compatibles?

Inesbe

Medicina Estética

Tabla de contenidos


La presoterapia es un procedimiento médico-estético, que se basa en la aplicación de una presión de aire, positiva y moderada, que consigue activar el sistema linfático y circulatorio, alcanzándose importantes beneficios. 

A pesar de contar con más de 50 años de historia, ya que esta técnica fue inventada en los años sesenta en Estados Unidos, hoy día se ha convertido en uno de los tratamientos más demandados en los centros estéticos.

Aunque en un primer momento se usaba como método complementario en mujeres que pasaban por una mastectomía, en la actualidad se emplea en el tratamiento de problemas circulatorios, piernas cansadas, arañas vasculares, edemas y linfoedemas, así como en el abordaje de la celulitis, obteniéndose resultados casi milagrosos. 

El proceso consiste en introducir al cliente en un traje neumático que cuenta con un número específico de cámaras que reparten presiones de aire ascendentes en las áreas corporales afectadas. Dicho traje está integrado por varias partes en función de las zonas que se puedan tratar: fajín para el abdomen y botas para las piernas o los brazos. 

Además de ofrecer resultados inmediatos, se trata de una técnica no invasiva, sencilla de realizar y bastante económica; las sesiones, que duran en torno a 30-45 minutos, aportan una sensación placentera, de relajación, alivio y descanso, que convierten a este método en protagonista de muchos gabinetes de estética y belleza.

Asimismo, los dispositivos cuentan con programas personalizados capaces de adaptarse a las necesidades de cada paciente. Es por ello que es uno de los pocos tratamientos estéticos recomendados durante el embarazo, siempre que se conozcan a la perfección las precauciones y contraindicaciones. ¿Quieres conocer los beneficios de la presoterapia durante la gestación? ¡Te los detallamos a continuación!

¿Por qué es aconsejable la presoterapia en el embarazo?

Durante el embarazo, el organismo experimenta cambios bruscos que, a menudo, vienen emparejados a diferentes molestias e incomodidades para la futura mamá. La silueta se transforma, las variaciones que se producen a nivel hormonal y los desarreglos en el sistema de retorno venoso complican la calidad de vida de la embarazada, sobre todo en la recta final.

La sintomatología común son tobillos hinchados según va avanzando el día, y la aparición de capilares varicosos en las piernas, la vulva o el recto; un problema que si no es tratado puede derivar en problemas circulatorios para toda la vida, además de incrementar las posibilidades de desarrollar trombosis a futuro. El cansancio, la torpeza en los movimientos y el hormigueo o dolor en las extremidades inferiores también aparecen en el último trimestre de gestación.

Los beneficios de la presoterapia durante en el embarazo son los siguientes:

  • Contribuye a rebajar la retención de líquidos y, por consiguiente, el volumen de las piernas, tobillos y pies.
  • Mejora el aspecto de la piel de forma notable. 
  • Ayuda a evitar la “piel de naranja”.
  • Previene las varices y posibles trombosis venosas. 

¿Qué precauciones deben tenerse en cuenta?

Ante estas molestias, la presoterapia ocupa un lugar protagonista en las opciones de tratamiento. La estimulación a través de los cambios de presión ayudan a la circulación de los líquidos retenidos en las piernas, facilitando la eliminación de los edemas, por lo que este método contribuye a aliviar muchas de las molestias producidas durante el embarazo. 

Si bien, hay que tener en cuenta los siguientes parámetros:

  • Siempre dejar libre la zona del abdomen. Tampoco aplicar presión en la pelvis.
  • Colocar a la paciente un pantalón formado por 24 celdas.
  • Una o dos sesiones por semana suelen ser suficientes para lograr los efectos deseados. Para mayor frecuencia, por ejemplo, en el caso de querer prevenir la aparición de celulitis o estrías, se debe solicitar una valoración médica. 
  • No debe realizarse esta técnica durante las 12 primeras semanas de gestación. 
  • Se deben tener en cuenta las contraindicaciones generales de la presoterapia, como la hipertensión, la trombosis, los trastornos arteriales y coronarios, las infecciones y lesiones abiertas de la piel, así como la presencia de fiebre.